Honduras


Análisis de representación de petroglifos antropomorfos de la Cueva Pintada de Ayasta, Francisco Morazán, Honduras

Francisco Manuel Rodríguez Mota paczoolook@yahoo.com Antropólogo Físico. IHAH

 

RESUMEN

El sitio de Las Cuevas Pintadas de Ayasta, ubicado en el Departamento de Francisco Morazán, Honduras, está conformado por cuatro abrigos rocosos, dispuestos tres de ellos  en un mismo conjunto, mientras que el cuarto paredón se encuentra frente a estos últimos (1). El terreno del sitio ha sido comprado por la Organización Nacional Indígena Lenca de Honduras (ONILH), y en recientes fechas ha sido abordado en su estudio como parte del Proyecto de Arte Rupestre (PARUP) del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) con fondos propios y del Fondo de Los Embajadores para la Preservación Cultural de la Embajada de los Estados Unidos de América.

Este sitio es rico en la presencia de una gran cantidad de petroglifos y algunos elementos en pictografías. La figura predominante es la antropomorfa y ésta, a su vez, presenta una rica y variada gama de representaciones de la figura humana, con ciertos rasgos repetitivos en cuanto a su conformación. La presente investigación tiene por objetivo principal el análisis de estos estilos de representación de rasgos humanos presentes en el sitio, como una forma de auto representación de la concepción que los ejecutores de este arte parietal tuvieron con respecto a su cuerpo, al soma, en ocasiones relacionados con la representación de la figura chamánica por ciertos atributos presentes en los mismos grabados.

I.   INTRODUCCIÓN

El presente trabajo pretende lograr un primer acercamiento al análisis somático de algunos de los elementos antropomorfos más destacados y con claras características diferenciadas entre unos y otros  ejecutados sobre la roca a manera de petrograbados en el sitio Las Cuevas Pintadas de Ayasta, en el Departamento de Francisco Morazán, en Honduras. Dado que éste es un primer acercamiento, se analizarán aquellos rasgos corpóreos de los motivos antropomorfos que los hacen ser figuras especiales de acuerdo al contexto general en el cual se encuentran inmersos. Asimismo, se resaltarán ciertos rasgos muy presentes e incluso repetitivos en algunos de los motivos que en un momento determinado podrían hablarnos de la representación chamánica, muy común en sitios con arte rupestre a nivel mundial.

II.   UBICACIÓN GEOGRÁFICA DEL SITIO

Las Cuevas Pintadas de Ayasta se encuentran en el Municipio de Santa Ana, a 22 kilómetros al sur de la Ciudad de Tegucigalpa, en el Departamento de Francisco Morazán, en Honduras (ver Figura 1).  El sitio se compone de cuatro abrigos de roca sólida dispuestos tres de ellos en disposición consecutiva y un cuarto paredón justo frente a los tres primeros (ver Figura 2). Su contenido presenta una rica y variada cantidad de representaciones antropomorfas, zoomorfas, antropozoomorfas y geométricas, al igual que una inusual presencia en abundancia de agujeros, también conocidos como cúpulas o tacitas, de distintos tamaños y en distintas áreas de los abrigos.



Figura 1. Área de localización del sitio



Figura 2. Abrigos principales de Ayasta

III.   ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN

El primer proyecto de registro formal y completo llevado a cabo en este sitio en particular data del año 1994, en donde la Historiadora del Arte,  Alison McKittrick, condujo una investigación   con el apoyo del IHAH, en algunos de los sitios más representativos con arte rupestre en Honduras, en donde ella no solamente fotografió los motivos, sino que además llevó a cabo un registro en dibujo (en la mayoría de las ocasiones a tamaño natural) de los motivos tanto de petrograbado como de pintura presentes en Ayasta.

Posteriormente a los trabajos iniciados por McKittrick no fue sino hasta finales del año 2004 que el IHAH reactivó el Proyecto de Arte Rupestre, en donde, a partir de la planificación de un itinerario de investigación en 16 sitios de gran importancia en el país con manifestaciones gráficas rupestres, es que se comienzan los trabajos de prospección, registro e investigación de arte rupestre en el país. En esta etapa se visitaron algunos de estos 16 sitios para comparar el grado de vandalismo, deterioro y conservación de los mismos, incluyendo el de Ayasta, cuyas investigaciones estuvieron a cargo del arqueólogo Ranferi Juárez, el antropólogo Alejandro Figueroa, y bajo la dirección de la arqueóloga  Carmen Julia Fajardo.

Es en 2005 cuando, por iniciativa de  Fajardo, que el Proyecto de Arte Rupestre se somete a concurso a nivel mundial para obtener el Fondo de los Embajadores para la Preservación Cultural de la Embajada de los Estados Unidos de América, mismo que es ganado. Con estos fondos y con fondos de contraparte del IHAH, y con la posterior dirección del Arqueólogo Ricardo Agurcia y Vito Véliz, es que desde finales de 2005 y hasta la fecha este Proyecto, conocido ahora como PARUP, se ha venido ejecutando a través del Antropólogo Alejandro Figueroa y el Antropólogo Físico Francisco Rodríguez Mota, en conjunción de un grupo multidisciplinario que integra tanto a arqueólogos como antropólogos, historiadores, químicos, biólogos y geólogos, proponiendo  además ante la UNESCO que el sitio de Ayasta, junto con los otros 15 sitios, sean declarados como Itinerario Cultural Patrimonio Cultural de la Humanidad.

De igual manera, fue a fines del 2005 que se estuvo trabajando de manera intensiva en este sitio, llevando a cabo investigaciones no solo en campo sino también en gabinete. Lo que hasta el momento se ha logrado – hablando de Ayasta en particular – es tener un mapa de los cuatro abrigos tanto de planta como de perfil, incluyendo un área de zona de amortiguamiento.  Asimismo, se elaboró un registro minucioso y detallado fotográfico de cada grabado y pintura (incluso de los graffiti) del sitio con referencia métrica, diurnas y nocturnas y tanto en blanco y negro como a color. De igual manera, se han llevado a cabo Talleres de Concientización y de lo que es el Patrimonio a las fuerzas vivas y que son clave de las comunidades aledañas al sitio, así como la explicación a priori de lo que es el arte rupestre y su posible significado. Finalmente, se tiene ya impreso un trifolio informativo del sitio de Ayasta con la información básica general del mismo y que ha sido distribuido no solo en las comunidades aledañas al sitio, sino también a colegios, museos y entusiastas del estudio del arte rupestre. Para concluir, se está diseñando un sistema de colocación de andamios para los visitantes que deseen apreciar este arte sin dañarlos de manera directa y que siga los lineamientos de la arquitectura paisajística de acuerdo al entorno natural del sitio.

Finalmente, conviene hacer la aclaración de que el sitio de Las Cuevas Pintadas de Ayasta se encuentra dentro de un terreno que en recientes fechas fue adquirido por la ONILH (Organización Nacional Indígena Lenca de Honduras) para salvaguardar y poder monitorear el patrimonio tangible que sus antepasados legaron a los hondureños y que, lastimosamente como en muchos sitios con arte rupestre, gente sin conocimiento del valor del patrimonio nacional ha llegado a alterarlos al rayar o escribir sobre los petroglifos y pinturas.

IV. ANÁLISIS DE ALGUNOS MOTIVOS ANTROPOMORFOS

Una característica muy constante en este sitio con arte rupestre es la representación antropomorfa. Al igual con lo que sucede en muchos otros sitios con este tipo de representaciones (no solo Honduras, sino América en general) parece existir una constante: dejando de lado los motivos de corte geométrico, se observan más representaciones de lo antropomorfo frente a lo zoomorfo y en menor medida, a lo fitomorfo. Sin embargo, no nos dejemos llevar por esa primera impresión, que puede resultar incluso engañosa. En este sitio existen muchos motivos en petrograbado que llevan rasgos compartidos de lo humano y de lo animal, de los llamados antropozoomorfos, que bien pudieron ser una representación de seres fantásticos, como también de la auto representación de la divinidad chamánica, durante o posterior al estado alterado de conciencia (Elíade, 1976).  Existen ciertos indicios presentes en algunos de los motivos que nos hacen pensarlo así. En su momento se abordarán dichos elementos.

La metodología empleada para el análisis de los motivos antropomorfos aquí expuestos será la misma que fue utilizada por Rodríguez Mota en años anteriores aplicados a distintos sitios (Rodríguez Mota, 2003) y que consiste en la descripción en detalle de cada rasgo somático atendiendo a su posición y orientación particular (Rodríguez Mota et al, 2005).

En este sitio tenemos más de 300 motivos representados, en donde a simple vista, no se ha logrado la apreciación de motivos fitomorfos, mientras que los geométricos ocupan un lugar preponderante en cuanto a cantidad y estilo, los antropomorfos le siguen en posición con alrededor de 90 representaciones, tanto de cuerpos completos como parciales, manos (en pintura) y representaciones humanas con rasgos propios de animal (antena, forma de las extremidades, cola, etc.) y en menor medida se encuentran representados los zoomorfos, en donde en su mayoría son de tipo mamíferos, anfibios y reptiles. En esta ponencia se dejarán de lado los motivos geométricos y zoomorfos pues resultaría muy ambicioso abarcarlos en este estudio que, finalmente, intenta un primer acercamiento al análisis del cuerpo humano representado de diversas maneras en este sitio con petrograbados para tratar de entender la importancia que en su momento tuvo para el o los ejecutores haber plasmado el soma de diversas maneras, evidenciando ciertos rasgos en algunos y en otros casos en donde simplemente, se encuentran ausentes.

En un estudio que realizó en un sitio con abundancia de petrograbados del noroeste de México, Dominique Ballereau (Ballereau, 1988) propuso una tipología para clasificar los conjuntos representados en el sitio La Proveedora, de Caborca, Sonora (México) en base a ciertos rasgos comunes de cada motivo. Por otra parte, se podría hablar de varios tipos clasificatorios de imágenes antropomorfas, sin embargo, estableceremos una tipología arbitraria considerando los rasgos inmediatamente identificables en los motivos para diferenciarlos unos de otros y poder mejor tratar de entender las formas de pensamiento antiguo de sus ejecutores en el pasado. La tipología clasificatoria que se propone para los motivos antropomorfos, evidentemente presentes en este sitio en particular es la siguiente:

1. Rostros (caras)
2. Manos (en pintura)
3. Rostros con cuerpo de trazo sencillo
4. Rostros con cuerpo de trazo complejo
5. Rostros con cuerpo y rasgos externos  (tocado)
6. Rostros con cuerpo y elementos zoomorfos (colas, antenas)

De acuerdo con la tipología arriba propuesta, podemos comenzar con agrupar los motivos que comparten ciertos rasgos de los arriba mencionados para poder hacer un análisis de la representación somática o corporal de cada uno de estos motivos y definir si existen o no convergencias y divergencias en cuanto al estilo de representación del cuerpo humano y del acercamiento inicial al entendimiento del artista sobre las diversas formas de representarlo.

V. Categorías

1. Rostros (caras)

Por rostro nos referimos a las representaciones de la cara aisladas de un cuerpo, pudiendo entenderse éste como las extremidades superiores e inferiores, tronco o la conjunción de todos estos elementos. Asimismo, se considera que estén presentes todos o al menos una parte de los rasgos faciales como son ojos, nariz y boca.

La Figura 3 podría tratarse de manera independiente por no tener ninguna otra representación visible en sus rasgos en este sitio que pudiera entrar en esta categoría para comparar su estilo. Si la observamos detenidamente, podemos apreciar (además de encontrarse remarcada con tiza blanca) que se trata de la representación facial de un individuo en un estilo abstracto, es decir, el contorno de su cabeza no  es representado en el tradicional estilo semi curvo, sino mas bien está realizado de manera casi cuadrada. Sin embargo, también se pueden apreciar  los dos ojos, nariz y boca. Junto a ella se aprecia un motivo zoomorfo (probablemente un reptil) y si se observa en la parte baja de la imagen, casi a la altura del estadal, la roca ha sufrido la acción de la erosión en un rango que abarca casi todo este petroglifo; no obstante, no creemos que en un pasado esta imagen haya sido destruida pues los contornos de la conformación de la cabeza no alcanzan a llegar a esta línea erosionada. Por otra parte, esta imagen se encuentra grabada en la parte inferior del interior de uno de los abrigos.



Figura 3. Rostro Antropomorfo

2. Manos (en pintura)

Por las manos nos referimos a la representación de las extremidades superiores con la totalidad o parcialidad de sus dedos representados, pudiendo haberse ejecutado en petrograbado o pintura y en la técnica del positivo o del negativo.

La Figura 4 nos muestra claramente la representación de dos manos hechas en pintura de   pigmentación blanca y en la técnica conocida como del positivo. A juzgar por la posición de los dedos se podrían tratar de dos manos izquierdas, en donde la de la derecha está superpuesta con motivo geométrico que asemeja a un cuadro. Si consideramos el tamaño real de las manos tomándolas como referencia de la escala, estamos hablando de un promedio de 15 centímetros de longitud considerando la extensión de los dedos mismos. Probablemente se trate de manos de un individuo adulto y no son las únicas en el sitio, existiendo algunas más representadas siempre en una misma sección de uno de los abrigos. Ante la presencia de estas manos ya es sabido por la literatura enfocada a este tipo de representaciones que pueden interpretarse su presencia de varias formas: la representación de las manos del ejecutor en relación al posible autor de los motivos; señal para miembros de otras comunidades de que el sitio ya se encuentra habitado por un grupo humano en específico, es decir, una señal de advertencia de no pasar; probablemente también pueda hacer alusión a lo sagrado del sitio. 



Figura 4. Manos en pintura

3. Rostros con cuerpo de trazo sencillo

El diseño de este tipo de representaciones se caracteriza por presentar al motivo ya sea en trazos gruesos o delgados (dependiendo del instrumento con el cual fue ejecutado) en donde en términos generales, el motivo se aprecia sencillo, sin mucha preocupación por resaltar la composición corporal interna, sino más bien la silueta.

Para esta tipología tenemos tres ejemplos muy claros en cuanto a su similitud de características somáticas representadas. La Figura 5, por ejemplo, nos muestra a un antropomorfo erguido, con las extremidades inferiores separadas mientras que las extremidades superiores se aprecian vagamente en posición abierta hacia arriba en señal tal vez de la prohibición de acercamiento hacia el mismo. Se aprecian de igual manera lo que serían los ojos y la nariz, con ausencia de la boca.  La Figura 6 es un conjunto en donde se representan a dos figuras que pueden caer en esta misma categoría en donde la cabeza, por ejemplo, no es ni cuadrada ni semi redonda, sino que presenta una forma de dos cúspides con los dos ojos y la boca mucho más marcadas que la figura anterior. Podrían denotar temor o sorpresa en sí mismas por la manera en que fueron representados los rasgos faciales. Sus extremidades superiores e inferiores están dadas por líneas delgadas, si bien en la figura de la izquierda se observa un pequeño abultamiento en lo que podría ser el tronco del cuerpo, aunque a juzgar por la expresión facial, al ejecutor le debió conceder una mayor importancia la representación del estado de sorpresa en el rostro que a la representación corporal en mayor detalle. La Figura 7, por su parte, nos muestra lo que para algunos investigadores podría tratarse de una representación antropozoomorfa, a juzgar por la posición de ambas extremidades a manera de por ejemplo, una lagartija: brazos y piernas abiertas en posición de reptar (caminar común de los reptiles), sin embargo podría no tratarse de un antropozoomorfo sino de antropomorfo por la expresión que en el rostro de aprecia: se ven los ojos y la boca y pareciera encontrarse sonriendo. Consideremos además la cantidad de otros trazos adyacentes a esta figura que podrían en primera instancia confundir al elemento de análisis.

El rasgo común observado en estas tres imágenes es la representación de un cuerpo que podría denotar movimiento por una parte y señal de advertencia de impedir el paso hacia ellos. También se observa que el cuerpo mismo está representado de manera sencilla, sin caer en complejos sistemas de representación a detalle del tronco, manos y dedos como en otros casos y de las expresiones faciales que indudablemente muestran estados de ánimo de los motivos representados.



Figura 5

 

Figura 6

 

Figura 7

4. Rostros con cuerpo de trazo complejo

Lo que caracteriza a este grupo  de motivos es la preocupación por su ejecutor de otorgar un grado de representación a detalle del cuerpo humano no solo a través de trazos sencillos, sino de querer enfatizar en el tipo de complexión del individuo al presentar el interior del cuerpo: el tronco.

Observemos la Figura 8. Se trata de un antropomorfo en una representación sedente, a juzgar por la posición flexionada de las extremidades inferiores. Se aprecia el tronco y los brazos extendidos y hacia arriba, observándose vagamente la silueta de la cabeza. Los rasgos faciales no son del todo observables por la erosión que ha sufrido la roca en la cual se encuentra grabado. A ambos lados aparecen otros elementos grabados. Esta es una figura de gran tamaño y de nueva cuenta pareciera advertir una delimitación de espacio físico. En cambio, la Figura 9, además de estar remarcada con tiza blanca, se puede  apreciar que comparte algunos rasgos con la figura anterior: los brazos se encuentran flexionados hacia arriba, denotándose claramente el tronco y una extremidad inferior en el mismo estilo. La pierna izquierda vagamente se pierde en su trazo grueso. Se aprecian, empero, los ojos y la boca. Esta figura denota movimiento.



Figura 8 



Figura 9

En la Figura 10 se puede observar la figura humana con características compartidas no solo con este grupo sino con el primero también: la cabeza está representada casi de forma cuadrada, con los ojos claramente visibles al igual que la boca. Los brazos sin embargo parece que fueron ejecutados con un trazo de línea simple, sencilla pero denotando la composición interna del cuerpo. Las extremidades inferiores no son del todo claras por la superposición de otros elementos grabados justo al lado de ella. La Figura 11 muestra en primer plano a una figura antropomorfa erguida, con el brazo izquierdo curvado hacia arriba y sin embargo está ausente el brazo derecho. (Referencias de las extremidades observándolas desde nuestra perspectiva de frente, no desde el motivo hacia delante). Se aprecian los ojos y lo que sería la boca. En cuanto a las extremidades inferiores están representadas a partir de dos líneas rectas con un nacimiento común a la altura de lo que sería el ombligo. En este caso esta figura tiene de igual manera correspondencia con dos grupos: el de los trazos sencillos y complejos. Complejos por la preocupación de representar el contorno corporal y al mismo tiempo sencillo por la representación de las piernas. La figura humana que se encuentra a un lado de éste correspondería con un trazo sencillo al observar su composición corporal: tronco representado por una sola línea vertical, brazos y piernas separadas también a través de líneas sencillas y su expresión facial podría ser muy clara: incertidumbre. Nótese la posición de los ojos y de la boca. Evidentemente no tiene una actitud de sorpresa o de alegría, más bien de incertidumbre. Sin embargo, resulta al mismo tiempo necesario aclarar que la posición de ciertos rasgos faciales pudieran estar distorsionados de acuerdo con la subjetividad de la persona que realizó el tizado, es decir, para poder afirmar o negar una expresión facial representada con un pequeño margen de error, se tendría que remover el tizado para observar “al natural” la expresión que el ejecutor quiso expresar.



Figura 10



Figura 11

Observando ahora la Figura 12 tenemos otra representación en combinación de rasgos sencillos y complejos: la figura se encuentra en posición erguida, denotando los rasgos faciales completos (ojos, nariz y boca), su cuerpo (tronco) se encuentra bien representado con los brazos extendidos hacia arriba y, a pesar de carecer de extremidades inferiores), se observa que ambas manos sostienen dos elementos ajenos al cuerpo que podrían tratarse tal vez de instrumentos musicales. ¿Porqué instrumentos musicales y no armas? Podemos pensar que si se tratasen de armas la expresión facial sería de enojo, intimidación o  agresión. No es que aseveramos que está sonriendo, pero tampoco denota enojo su expresión. Este es un elemento muy interesante por la ausencia de otras representaciones con objetos que pudieran tratarse de elementos musicales. Y comparte el rasgo de elemento sencillo por la representación misma de los brazos al no existir un contorno interno. En un momento dado, podemos observar que a ambos lados de esta representación antropomorfa existen otros elementos adyacentes que podrían estar representando una misma escena; el músico sosteniendo lo que podrían ser unas maracas y el motivo antropomorfo del lado derecho observando la escena. Sabemos que estas propuestas deben estar fuertemente apoyadas para que resulten válidas, sin embargo, también se sabe que los grupos humanos locales de Honduras utilizaban instrumentos musicales como parte de la celebración de sus festividades y pudiera tratarse este ejemplo de una representación de una actividad colectiva, pues la figura con instrumentos no se encuentra aislada, sino dentro de un conjunto que bien podría representar una celebración.

 

Figura 12

Finalmente dentro de esta categoría tenemos la Figura 13, que de nueva cuenta comparte rasgos de ambos elementos sencillos y complejos. Lo sencillo está observado en el trazo de ambas extremidades mientras que lo complejo se nota en el tronco, al representar su contorno interno y a esta figura se añade un rasgo nuevo: la representación de los dedos de manos y pies, si bien no están representados todos los dedos en su totalidad, sino solamente tres. De sus rasgos faciales son identificables los ojos y la boca. Quizás podría tratarse de una representación mas zoomorfa que antropomorfa, incluso por la posición misma de sus extremidades, sin embargo, he considerado que entra más en la categoría de antropomorfa porque los zoomorfos representados en este sitio tienen características propias de un animal.



Figura 13

5. Rostros con cuerpo y rasgos externos (tocado)

Esta categoría se caracteriza por presentar figuras antropomorfas con rasgos externos al soma mismo, en este caso, la presencia de lo que podrían ser tocados, astas, cuernos, etcétera, muy propias de las auto representaciones chamánicas.



Figura 14

La Figura 14 muestra a un antropomorfo en posición erguida, en combinación con el rasgo sencillo y complejo: sencillo por el brazo derecho en flexión y erguido denotando tres dedos. Lo que correspondería al brazo izquierdo (desde la perspectiva de que lo estamos observando de frente y no a la inversa) no se encuentra unido al tronco, si bien hay elementos que nos podrían hacer pensar que algunos rasgos localizados justo a la altura de los ojos en el lado izquierdo podrían ser los dedos del brazo izquierdo pero se insiste, no hay una correspondencia de continuidad del brazo izquierdo con el tronco del cuerpo. El tronco del cuerpo está claramente marcado y las extremidades inferiores muestran un estilo de diseño complejo, al mostrar el contorno interno de las piernas. Lo que resulta curioso de este grabado es que tanto el tronco como la cabeza y el tocado llevan una misma similitud en cuanto a su forma, pareciendo rectángulos solo que en distintos tamaños. Los ojos y la boca son rasgos que se encuentran visibles.



Figura 15

La Figura 15 muestra a dos imágenes superpuestas. La inferior presenta rasgos en cuanto a su estilo de ejecución que no encajan con respecto al resto de las figuras antropomorfas representadas en el sitio. Los rasgos de la cabeza se presentan de manera rectangular a modo de estilo complejo. Sus ojos están representados por líneas horizontales que tampoco coinciden con las demás representadas. La nariz se presenta tosca, muy ancha, lo mismo que la boca. Pudiera ser factible que esta imagen no sea contemporánea del resto de las figuras, sino que fuese realizada incluso en años más recientes. Encima de esta representación tenemos otra cara cuyos ojos son visibles y lo que pudiera ser la boca denota una expresión de sonrisa. En su cabeza descansa el tocado. Esta representación carece de extremidades y, al igual que muchas de las figuras grabadas, está remarcada con tiza blanca.

 
Figura 16   



Figura 17

Un rasgo que comparten las figuras 16, 17 y 18 es el tipo de tocado que presentan sobre sus cabezas: representados por líneas rectas proyectadas por encima de sus cabezas y que pueden ser simples (figura 16) o complejas (figuras 18 y 19), y que además estas dos últimas sus cuerpos y extremidades son representadas de manera sencilla, sin mostrar el contorno interno del cuerpo, cosa que no ocurre con las figuras 16 y 17. La figura 17 presenta el tocado a manera de rectángulo que le cubre perfectamente el tamaño de su cabeza, presentando un cuerpo interno aunque sus extremidades sean de tipo sencillo.



Figura 18
   



Figura 19


6. Rostros con cuerpo y elementos zoomorfos (colas, antenas)

En esta última categoría englobamos las representaciones antropomorfas que poseen características propias de lo humano pero que al mismo tiempo comparten rasgos en su representación de elementos propios de los zoomorfos.

La Figura 20 nos muestra una curiosa combinación de rasgos; su estilo es combinado de trazo sencillo al examinar sus extremidades inferiores y superiores, denotando además tres dedos en cada una de sus extremidades. Por otra parte tenemos la representación interna del soma y quedan bien apreciados los ojos y la boca. Por la curvatura de esta última da la inmediata impresión de que está sonriendo. Lo que sale de su cabeza es lo que podría asociarse a un par de antenas, propias de un insecto. De no ser por el tipo de cuerpo redondo que presenta esta figura, podría haberse tratado de la representación esquemática de un insecto muy común actualmente en el sitio, conocido localmente como “chilicoco”.  Sin embargo, siendo así, hubiese entrado en otra categoría de análisis, es decir, los zoomorfos. Parece más factible pensar en la representación del chamán relacionado con una apreciación personal de ejecutor bajo el estado de conciencia alterado de un animal que el observó en cierto momento o bien la representación de sí mismo con un tocado de plumas o de otro material (Elíade, 1976; González, 1999).



Figura 20

Finalmente, la figura antropomorfa característica del sitio está presentada en la Figura 21. Se trata de una figura en posición sedente en combinación de rasgos sencillos y complejos. Se aprecia además que está sentado y representado de lado, mirando hacia el lado izquierdo, sus brazos, extendidos y hacia arriba muestran algunos dedos. Sus piernas quedan perfectamente observables con su respectiva separación entre una y otra, aunque no se aprecian sus dedos de los pies. Presenta, al igual que la figura anterior, un par de antenas separadas y un elemento nuevo: una cola enrollada. La gente de la comunidad de Santa Ana asocia a esta figura con un diablito o con un chapulín (saltamonte). Al respecto, podemos referirnos a ella como una representación chamánica como el posible ejecutor de al menos, la mayoría de los motivos no solo antropomorfos sino de los demás tipos de representaciones. No sabemos ni podemos precisar cuántas ocupaciones tuvo el sitio ni tampoco si fue solo un chamán o varios los que ejecutaron la totalidad de los motivos aquí representados, lo que si podemos notar es una preocupación por resaltar los rasgos propios del cuerpo humano a partir de diversas técnicas de representación. Aunque no sabemos, ciertamente, el grupo cultural que creó estas representaciones por no contar en estos momentos con estudios de excavación en el sitio y cuyos materiales posiblemente podrían asociarse con alguna filiación cultural de Honduras, si es sabido que dentro de cada comunidad –incluso en nuestros días- existe un personaje no solo respetado por los demás miembros de la comunidad, sino que además conoce de la sociedad y la naturaleza y puede entrar en contacto con el mundo sobrenatural para comunicarse con los dioses. En la vasta bibliografía sobre el arte rupestre, aunque algunos puedan rechazar la hipótesis del chamán como posible ejecutor de motivos rupestres, si ha prevalecido un consenso sobre la aceptación de éste como autor del arte rupestre, razón por la cual y aún cuando no contamos actualmente con evidencias arqueológicas producto de excavaciones, manifiesto que muy posiblemente fue uno o varios chamanes quienes realizaron los motivos rupestres presentes en este sitio.

Este es solo un primer acercamiento al análisis del soma antropomorfo representado de diversas maneras a partir de la técnica del petrograbado en un solo sitio de Honduras que tiene presencia de la expresión simbólica del pensamiento antiguo en este territorio.
 



Figura 21

VI.   CONCLUSIONES

Como conclusiones preliminares, podemos hacer las siguientes:

  1. Dejando de lado los motivos de corte geométrico, tenemos una mayor cantidad de representaciones antropomorfas frente a lo zoomorfo, pudiendo esto explicarse por el siguiente razonamiento: pareciera que al ejecutor de los motivos le preocupó más el plasmar a la figura humana como el ente creador de este tipo de expresión artística y en menor medida a la figura animal. Pareciera ser factible que el chamán consideró de mayor peso la representación de sí mismo y de miembros de su comunidad, que la representación de animales de su entorno importantes en su dieta y en sus actividades rituales, un patrón de repetición muy constante en el Nuevo Mundo, cosa que en el Viejo Mundo se da en sentido opuesto: en Europa la preocupación por los ejecutores era plasmar lo animal evidenciando solo muy raras veces al humano, como una especie de miedo ante la naturaleza de plasmarse a sí mismo, dándole mayor peso a lo animal.
  1. Se reitera que la tipología aplicada para este sitio pudiera ser muy arbitraria.  Sin embargo, ésta puede sentar las bases de la tipología que a futuro pudiera aplicarse a nivel nacional en Honduras, en lo que se refiere a los tipos clasificatorios de representaciones antropomorfas, pudiendo extenderse de similar manera a los zoomorfos y demás elementos rupestres representados.

  2. Pudimos apreciar al menos seis tipos de representaciones antropomorfas en este sitio, si bien muchos de ellos compartieron ciertos rasgos entre sí, haciendo más extensa la tipología propuesta para su análisis. Resulta interesante ver como es que el o los ejecutores en su momento decidieron plasmar el cuerpo humano no solo a partir de una técnica generalizada, sino por el contrario, evidenciando en muchos casos ciertos rasgos particulares como fueron la expresión facial denotando posibles estados de ánimo, rasgos de las extremidades (dedos), posición del cuerpo mismo (movimiento, sedente)  y que finalmente el chamán, como probable ejecutor de los motivos, tuvo una clara visión y conocimiento del cuerpo humano que no solo se limitó a plasmar de una manera generalizada sino otorgándole una continua variedad en lo que a la representación somática se refiere.
  1. Una problemática actual que se presenta en este sitio en particular, es que no se han llevado hasta el momento excavaciones arqueológicas, que pudieran arrojarnos una tentativa temporalidad para la asignación cronológica de los grabados. Sabemos que por cuestión de ocupación territorial, en un pasado esta área pertenecía al área de influencia Protolenca, sin embargo sería muy arriesgado en este momento atribuirlos al 100% a ellos sin tener en cuenta trabajos de investigación a profundidad en el sitio que impliquen excavación para correlacionar los materiales arqueológicos que de ahí se pudieran obtener con los grabados mismos y en relación a los datos etnográficos.
  1. Un elemento que llama la atención de las figuras antropomorfas plasmadas en este sitio y analizadas en este trabajo, es la inmediata ausencia de representación de figuras con rasgos visiblemente femeninos. Es una constante que en sitios con arte rupestre en Honduras no aparezcan representaciones de cuerpos sexuados femeninos (vulvas, pechos) como ocurre en otros sitios con arte rupestre en el mundo. Pareciera que el ejecutor perteneciese siempre al género masculino y que solo en ciertas ocasiones y tal vez ante eventos excepcionales, la figura femenina pudo haberse plasmado en la roca de una manera inmediatamente identificable.
  1. También podemos plantear una recomendación para que a futuro se lleven a cabo estudios de corte histórico y etnohistórico de esta área hoy estudiada, que nos permitirían, en la manera de lo posible, a profundizar en las culturas que habitaron en esta zona en tiempos prehispánicos y de la época de contacto, para con ello mejorar nuestras aproximaciones a las interpretaciones sobre el significado del arte rupestre.
  1. Finalmente, es posible estudiar la iconografía del arte rupestre no solo a partir del tradicional enfoque arqueológico o de la historia del arte, sino también a partir de la antropología física, la cual estudia al hombre como ser biológico a partir de su variabilidad y dado que en arte rupestre se ha plasmado la figura humana y el antropólogo físico estudia el soma, es que el enfoque antropofísico ha sido recientemente válido para aproximarse a la posible interpretación de elementos de representación rupestre en relación al cuerpo humano representado de muy diversas maneras y estilos.

NOTAS

1.El presente trabajo fue presentado a manera de ponencia en el mes de Agosto de 2006 dentro del marco del VII Coloquio Guatemalteco de Arte Rupestre, en la ciudad de Guatemala,  Guatemala bajo el título de “Petroglifos Antropomorfos de la Cueva Pintada de Ayasta, Francisco Morazán, Honduras”.

¿Preguntas, comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com

Cómo citar este artículo:

Rodríguez Mota, Francisco Manuel. Análisis de Representación de Petroglifos
Antropomorfos de la Cueva Pintada de Ayasta,
Francisco Morazán, Honduras
.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/ayasta.html

2007

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