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Reseña de publicación. ¿Quiénes hicieron los dibujos en las cuevas?

MSc. Divaldo A. Gutiérrez Calvache divaldogc@yahoo.es Master en Administración, Coordinador del Grupo Cubano de Investigaciones del Arte Rupestre, Investigador Asociado del Instituto Cubano de Antropología y del Museo del Hombre Dominicano, Miembro de la Asociación Internacional de Arqueólogos del Caribe, de la Asociación Puertorriqueña de Arqueología, de la Sociedad Espeleológica de Cuba y de la Unión de Historiadores de Cuba.


El triunfo popular de 1959 y el desarrollo de las ciencias en nuestro país fue el punto de partida para que en el ámbito académico nacional se desarrollara la tradición de promover conocimientos y avances científicos entre las nuevas generaciones como forma revolucionaria de una educación que no se limitara a las aulas.

Una de las vías para canalizar estos conocimientos ha sido la publicación de no pocas obras de ciencia popular para niños y jóvenes, dentro de esta singular actividad hemos tenido la oportunidad de disfrutar la reciente obra publicada por Ediciones Extramuros ¿Quiénes hicieron los dibujos en las cuevas? de Victorio Cué Villate y Racso Fernández Ortega.

Carátula de ¿Quiénes hicieron los dibujos en las cuevas? de Victorio Cué Villate y
Racso Fernández Ortega, Ediciones Extramuros, 2006, 96 pp.

Hermosamente dibujada y acompañada de claros y educativos mensajes culturales este libro pone a disposición de los más jóvenes cubanos un resumen del caudal de información que hoy tenemos sobre los dibujos y tallas que dejaron para la posteridad los aborígenes que poblaron el Caribe insular, sin embargo la intención es que junto a la enseñanza, niños y jóvenes coloreen, logrando de esta forma la meditación y el análisis de las formas y la idea escondida detrás de cada dibujo. Nunca hubo en nuestro país forma más fantástica para contribuir a proteger, conservar y a fomentar esta importante faceta de la cultura caribeña.

Con un profundo sentido pedagógico esta obra se propone profundizar como, cuando y para que nuestros aborígenes pintaron y tallaron nuestras cuevas. ¿Entonces se propone enseñar historia?, en nuestra opinión ¿Quiénes hicieron los dibujos en las cuevas? logra un poco más y se adentra en el difícil arte de enseñarnos a crecer como mejores hombres y mujeres, pues como sentenciara Marti “El arte…en los primeros tiempos no es más que la expresión del deseo humano de crear y de vencer”(1). Entonces este esfuerzo por hacer llegar a nuestros más jóvenes amigos las particularidades y valores de ese arte, es otra vía para aprender a crear y vencer. .

Luego de un emotivo prologo a cargo del destacado poeta, ensayista y antropólogo cubano Miguel Barnet  nuestros niños pueden ilustrarse con un glosario donde se explican de manera sencilla y diáfana algunos de los términos más usados en el libro y en los estudios del arte rupestre universal, al concluir este aparece la figura de Américo, simpático personaje que tiene tanto de educador como de  protector de nuestros recursos culturales, pero sin lugar a dudas un eficiente guía en el recorrido que nos proponen los autores por las páginas de su obra, la que no se contenta con enseñarnos sobre el arte rupestre, ¡No! Sus enseñanzas abarcan campos de la geografía caribeña, la espeleología física, la biología y hasta nos hablan de las cualidades del guano de murciélago para la agricultura.

De esta forma Américo nos relata cómo se realizaban las tallas de los petroglifos y las singulares formas que utilizaron nuestros aborígenes para resolver los problemas que la naturaleza les ponía ante la necesidad de pintar o tallar, también nuestro genial amigo nos da un salto a lugares fantásticos del arte rupestre que se encuentran en nuestra región, así visitamos la Plaza Ceremonial de Caguana en Puerto Rico, la Cueva No. 1 de Punta del Este en la Isla de la Juventud Cuba y las Cuevas de Borbón o el Pomier en San Cristóbal, República Dominicana. También este carismático personaje nos enseña sobre aquellos hombres que dedicaron su vida a recorrer inhóspitos y agrestes lugares para desentrañar el conocimiento y el mensaje que en sus obras nos transmitieron los habitantes precolombinos de nuestras islas. Así nos habla entre otros del sabio cubano Don Fernando Ortiz, el incansable geógrafo y espeleólogo cubano Antonio Núñez Jiménez y los distinguidos arqueólogos dominicanos Dato Pagán Perdomo y Fernando Morban Laucer.

Sin embargo la gracia y capacidad educadora de Américo es la sencilla pero ingeniosa expresión pedagógica que los autores encontraron para transmitir un valiente mensaje conservacionista del rico patrimonio rupestrológico de una región donde el legado aborigen es no pocas veces ignorado y muchas veces destruido, ejemplos de la barbarie contemporánea abundan en nuestras islas, donde ha sido más importante los beneficios financieros de un discoclub, que la protección de este patrimonio, importantes estaciones del arte rupestre caribeño han desaparecido por la explotación minera, o han quedado bajo las aguas por el desarrollo hidráulico, en otros casos sus petroglifos han sido destruidos y abandonados para la puesta en valor económico de las cuevas o cavernas donde estos se encuentran. En nuestro país por ejemplo, sobran razones para agradecer una idea como la de este libro, pues a pesar de los esfuerzos de un grupo importante de investigadores se continúan realizando acciones vandálicas contra el arte rupestre, no estamos ajenos a la utilización de estaciones rupestrológicas para otros fines con la consiguiente pérdida de su legado cultural, en este grupo se encuentran las estaciones de la Cueva de las Mercedes y la Cueva de los Generales ambas en Sierra de Cubitas, Camaguey y las estaciones de la Cueva de Mesa y Cueva de la Jarra en la Sierra de los Órganos en Pinar del Río, donde la mano del hombre moderno a dejado una huella irrespetuosa ante el legado de nuestros antepasados, pero sin lugar a dudas es la Cueva de la Virgen en Colinas de Villareal, Ciudad de la Habana, el monumento más importante de nuestro país a la barbarie de los hombres.

Los datos anteriores reflejan una situación mucho más crítica cuando se reconoce que más del 80 % de nuestro arte rupestre presenta graves amenazas industriales y antrópicas, lo que junto a más de un 48 % que no está incluido en ninguna de las categorías de protección legisladas en el país,(2) presupone un riesgo que podría hacer desaparecer este  importante patrimonio para siempre. Por estas y otras muchas razones pensamos que no existe actitud critica más honesta ante la obra presentada por Victorio y Racso que agradecer a los autores este esfuerzo y agradecérselo sobre todo en nombre de nuestros hijos para los que reclamos el derecho de poder disfrutar de este arte y a los cuales les exigimos el deber de protegerlo y conservarlo para nuestros nietos.

Notas

1. José Marti Pérez, “El Hombre antiguo de América y sus artes primitivas” La América, Nueva York, abril de 1884. O. C. 8:332.

2. Gutiérrez, D. A., R. Fernández y J. González “La Conservación del Patrimonio Rupestrológico Cubano. Situación Actual y Perspectiva” Boletín del Gabinete de Arqueología. Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana, año 2006, no. 6, pp. 107 – 124.

¿Preguntas, comentarios? escriba a: rupestreweb@yahoogroups.com

Cómo citar este artículo:

Gutiérrez Calvache, Divaldo A. Reseña de publicación.¿Quiénes hicieron los dibujos
en las cuevas?.
En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/quienes.html

2009


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