Inventario participativo y caracterización de sitios con arte rupestre en Sutatausa (Cundinamarca). Una experiencia de apropiación social del patrimonio cultural. 1a. parte

Diego Martínez Celis ciudadanomartinez@yahoo.com. Mgter. en Patrimonio Cultural y Territorio.
Centro de Historia y Patrimonio Cultural de Sutatausa -CHyPC-
Grupo de Vigias del Patrimonio Cultural

 

Lo que no se conoce o comprende, no se valora,
lo que no se valora, no se protege,
lo que no se protege, puede desaparecer.

Resumen

Ante el desconocimiento público y el creciente deterioro y alteración del arte rupestre de Sutatausa (Cundinamarca), entre los años 2010 y 2011 se llevó a cabo una experiencia de apropiación social del patrimonio cultural con marcada participación comunitaria (sin apoyo oficial) enfocada en la realización del inventario de los sitios con arte rupestre del municipio. En este artículo se presentan tanto los resultados generales del inventario como de la experiencia de gestión patrimonial que lo hizo posible, sus logros –pero también sus dificultades– que vislumbran una vía posible para alcanzar tanto el reconocimiento, documentación y registro del inmenso corpus de arte rupestre colombiano, al tiempo que la apropiación social de este patrimonio cultural a partir de experiencias de investigación participativa y con proyección hacia su aprovechamiento sostenible como recurso cultural para el desarrollo y bienestar de las comunidades.

Como resultado final del proyecto se reconocieron, documentaron y registraron un total de 81 sitios con pinturas rupestres realizadas con pigmentos ocres, blanco y negro, dispersos en bloques erráticos, paredes y abrigos rocosos de 5 veredas del municipio. Aunque aún no se cuentan con datos confiables de cronología asociada a los sitios, la iconografía plasmada en algunos de ellos parece sugerir representaciones de una época posterior a la invasión europea (posibles jinetes, motivos correspondientes con cerámica del periodo de contacto y otro tipo de trazos no advertidos en conjuntos rupestres de la región); por lo que se podría contar en Sutatausa con un corpus de expresiones de la tradición prehispánica de elaborar arte rupestre que parece haber conservado vigencia durante un tiempo posterior al siglo XVI, constituyéndose en las primeras evidencias de arte rupestre del periodo posconquista documentadas hasta la fecha para en el territorio colombiano.

 

1. Introducción

El término patrimonio cultural nos remite a aquellos bienes y manifestaciones que constituyen el legado que se transmite de generación en generación. Es una herencia que fortalece la memoria e historia de una colectividad y, por ende, su identidad. En esta medida, la preservación del patrimonio cultural depende de su valoración y apropiación por las colectividades (Ministerio de Cultura, 2010).

El municipio de Sutatausa posee uno de los conjuntos de patrimonio cultural más ricos y desconocidos del departamento de Cundinamarca. Allí se conjugan vestigios de la época Precolombina, la Conquista y la Colonia, numerosas rocas con arte rupestre, un excepcional conjunto doctrinero del siglo XVII y una rica tradición oral, entre otros, dejan entrever un transfondo cultural cargado de sincretismo que evidencia la complejidad del “encuentro de dos mundos”, como suele llamarse al proceso de invasión europea en América. De esta manera se articulan en este territorio diversos aspectos históricos y culturales que permiten dotar de significado al arte rupestre de la región que, pese a su evidente presencia en el paisaje, aún sigue sin ofrecer interlocución en el diálogo con las comunidades, condición necesaria para promover su valoración, aprovechamiento sostenible y, en últimas, su preservación como legado para futuras generaciones (Martínez, 2008).

1.1. La apropiación social del patrimonio cultural como política pública
y objetivo de la gestión del arte rupestre

El Convenio Andrés Bello - CAB (1999) afirma que el patrimonio cultural es un “activo de la memoria”, por lo cual, los grupos sociales deben “incorporarlo a sus necesidades, contaminándolo de su nueva forma de estar en el mundo, proyectándolo así hacia el futuro”. Así mismo, este convenio plantea que se debe tener en cuenta una serie de principios, tales como que:

• El patrimonio es un “capital social”, debe ser rentable (cultural, social y económicamente)
• El patrimonio debe orientarse al servicio de la comunidad (para y con la comunidad), concebida no sólo como usuaria sino como propietaria.
• La apropiación social del patrimonio está basada en la diversidad, y por lo tanto en la tolerancia.
• El patrimonio, al igual que la identidad, no es algo fijo y estático; por ello toda forma de apropiación del mismo ha de aceptar su variabilidad, sus cambios, sus diferentes formas de ser activo y no pasivo.
• La apropiación del patrimonio a través de cualquiera de sus múltiples posibilidades de uso debe producir el placer del encuentro con el otro, enriqueciendo de esta manera los valores de la comunidad.

El patrimonio se puede considerar como “algo vivo”, que no solo es referencia del pasado y de lo monumental sino que esta asociado con la vida cotidiana, el presente y futuro de las comunidades que son las que le otorgan valor. En este contexto el objeto del patrimonio cultural no son las cosas o los actos en sí mismos sino los procesos que involucran el quehacer, pensar y sentir de las comunidades; son estas las que “portan la memoria y son la propia memoria, son el patrimonio cultural” (CAB, 2004).

Las acciones en torno a la conservación y protección del patrimonio cultural, que tradicionalmente se han considerado como pilares de su gestión, han sido desbordadas hoy día por la dimensión de su uso social (García Canclini, 1999).

“Un patrimonio reformulado que considere sus usos sociales, no desde una mera actitud defensiva, de simple rescate, sino con una visión más compleja de cómo la sociedad se apropia de su historia, puede involucrar a nuevos sectores. No tiene por qué reducirse a un asunto de los especialistas en el pasado: interesa a los funcionarios y profesionales ocupados en construir el presente, a los índigenas, los campesinos, migrantes y a todos los sectores cuya identidad suele ser trastocada por los usos hegemónicos de la cultura” (García Canclini, 1999, subrayado nuestro).

El arte rupestre, como patrimonio cultural, debe trascender socialmente su estatus neutro o casi inerte de mero objeto arqueológico, para ser potenciado como un recurso que pueda cumplir algún rol específico en las dinámicas sociales, es decir mediante estrategias de apropiación social, solo de esta manera será posible su preservación a futuro (Martínez, 2012).

“[...] el efectivo rescate del patrimonio incluye su apropiación colectiva y democrática, o sea: crear condiciones materiales y simbólicas para que todas las clases puedan compartirlo y encontrarlo significativo. [De esta manera] convertir lo que es significativamente importante para la comunidad en patrimonialmente relevante, consitituye una estrategia espontánea y eficaz de preservación” (García Canclini, 1999).

La apropiación social del patrimonio cultural implica en útimas y de manera práctica “reconocer y desarrollar acciones que lo inserten en las dinámicas económicas que beneficien a la comunidad y que estas, a su vez, desarrollen un sentido de pertenecia y un uso sostenible de este”. (CAB,1999)

El enfoque actual para la gestión del patrimonio cultural en Colombia reconoce el papel fundamental de las comunidades en la identificación y valoración de sus bienes y manifestaciones culturales, lo cual se concibe de manera incluyente, diversa y participativa, y se entiende como factor de bienestar y desarrollo, reconociendo que todos los colombianos tienen derecho a su acceso, conocimiento y disfrute (Art. 1.Ley 397 de 1997) al tiempo que el compromiso y la responsabilidad de velar por su gestión, protección y salvaguarda (Ministerio de Cultura, 2010a). Esto se plasma de manera relevante en la Política para la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural en Colombia cuyo objetivo central es lograr su apropiación social, para garantizar su protección y salvaguardia efectiva (Ministerio de Cultura, 2010b).

Esta política pública se manifiesta de manera concreta, por ejemplo, en la adjudicación de recursos públicos provenientes del impuesto IVA a la telefonía móvil que han sido destinados exclusivamente para la apropiación social del patrimonio cultural (reglamentado por el decreto No. 4934 de 2009) a través de la viabilización de proyectos destinados a: 1) desarrollar inventarios (con base en la metodología del Minisiterio de Cultura y elaborados participativamente con la comunidad), 2) desarrollar programas de protección, promoción y difusión de patrimonio, 3) el apoyo a la formulación de Planes Especiales de Manejo y Protección (PEMP) y 4) de Planes Especiales de Salvaguarda (PES, para patrimonio inmaterial), 5) el desarrollo de actividades de conservación, mantenimiento e intervención y 6) el fortalecimiento de museos, archivos, bibliotecas patrimoniales y centro de memoria (decreto No. 4934 de 2009).

En el contexto de la gestión patrimonial de los sitos con arte rupestre en Colombia, la apropiación social –en consonancia con la política pública– implicaría tanto su objetivo central como la necesidad de incentivar la participación activa de las comunidades en todas y cada una de las acciones relacionadas a los ámbitos de la gestión (investigación, conservación, divulgación, administración y protección normativa); con el fin de propiciar y asegurar su reconocimiento, valoración, protección y aprovechamiento sostenible, que permitan erigir estos sitios como verdaderos espacios de identidad, representación y cohesión social, y cuya gestión redunde en saldos de bienestar y desarrollo para las comunidades (Martínez, 2012).

1. Grupo de investigación Vigias de Patrimonio de Soacha (Cundinamarca).
Foto. Edgar Quijano, 2012.
2. Comunidad de Zipacón (Cundinamarca) en labores de reconocimiento del arte rupestre de su municipio.
Foto. Diego Martínez Celis, 2011.

 

1.2. La investigación participativa en arte rupestre

En las ciencias sociales se ha desarrollado la investigación participativa como un método que involucra a los beneficiados de la misma, en la producción de conocimientos tendientes a resolver problemas (Pérez,en línea) o suplir nececidades específicas. El estudio se realiza no solamente por medio de un investigador que aborde la problemática desde afuera, sino que de manera integrada se involucre a los miembros de la comunidad para estudiar los problemas y vislumbrar las posibles vías de acción y solución de la situación.

Siendo los sitios con arte rupestre un vestigio material del pasado se consideran como parte del patrimonio arqueológico y cultural colombiano, reconocidos como Bienes de Interes Cultural del ámbito nacional (BICN), por lo tanto el ámbito de su gestión se reconoce como público e intimamente ligado a la esfera de lo social, puesto que los bienes del patrimonio cultural no lo son per se sino por que existen comunidades que los reconocen y le otorgan significación cultural y valoración. Los sitios con arte rupestre por ser inmuebles y permanecer in situ –en el mismo lugar en que fueron signados en el pasado– hacen parte de la cotidianidad y territorios de vida de los actuales pobladores; por lo tanto su valoración trasciende su significación como objeto arqueológico y se proyecta en la actualidad como espacio de cohesión y representación social a través de su condición de referente identitario, recurso pedagógico o atractivo turístico, entre otros (Martínez, 2012). Lo anterior implica que su gestión y abordaje invetigativo no puede restringirse solo al ámbito académico o científico (arqueológico), sino que debe contemplar las diferentes valoraciones de las que es objeto en la actualidad por parte de diversas comunidades (rurales, urbanas, indígenas, académicas, científicas, esotéricas, etc.) motivadas por igualmente múltiples intereses (conocimiento o reconstrucción del pasado, reivindicación social, afirmación de identidades étnicas, control territorial -simbólico o de facto-, legitimación de intereses políticos o religiosos, aprovechamiento como recurso turístico, etc.) (Martínez, 2010).

Desde el ámbito normativo relacionado con el manejo o gestión del patrimonio cultural en Colombia, la investigación del arte rupestre se aborda en principio desde su reconocimiento a través de inventarios normatizados. Los instrumentos implementados para tal fin por parte del Instituto Colombiano de Antropología e Historia -ICANH- se limitan al diligenciamiento de un formato de registro de bienes inmuebles del patrimonio arqueológico que se articula con la plataforma SIG del proyecto Atlas Arqueológico de Colombia. Sin embargo, a la fecha no se ha establecido una metodología oficial para recolectar, organizar, analizar, archivar y publicar los datos mínimos requeridos para concretar estos inventarios, articularlos con la política pública de apropiación social del patrimonio cultural y consolidarlos como verdaderos instrumentos para la gestión del patrimonio arqueológico por parte de las instituciones relacionadas, entidades territoriales o demás ciudadanía interesada.

Con base en lo anterior y teniendo en cuenta la dimensión social del arte rupestre como patrimonio cultural, para la realización de este proyecto se partió de la base del reconocimiento de las necesidades y expectativas que un sector de la comunidad de Sutatausa expresó frente a la problemática de su desconocimiento público, descuido oficial y creciente destrucción. De esta manera en diversas reuniones se vislumbraron posibles vías de acción teniendo como premisa que la protección del arte rupestre debería partir de los mismos habitantes del municipio al tiempo que contar con el apoyo oficial amparado por la aplicación del marco jurídico que rige a este tipo de patrimonio (ley 1185 de 2008). De esta manera y a través de diversos medios se convocó a la ciudadanía a sumarse principalmente a la labores de reconocimiento del arte rupestre mediante el acompañamiento en las exigentes jormadas de trabajo de campo, la documentación (georreferenciación y fotografía) y la asistencia en diversas jornadas de divulgación de los resultados.

3. Miembros de la comunidad de Sutatausa durante las labores de reconocimiento y documentación del arte rupestre. Foto. Diego Martínez Celis,. 2011.
4. Carátula del informe final “Reconocimiento, documentación y registro de sitios con arte rupestre en Sutatausa (Cundinamarca)”.
4.Parte del grupo de trabajo y algunos invitados especiales a las jornadas de socialización: Guillermo Bernal, Diego Martínez Celis, el lider indígena del Cauca don Lorenzo Muelas, los antropólogos Martha Urdaneta, Luisa Fernanda Mendoza , Pedro Arguello García,
y niños del Grupo semillero de Vigias del Patrimonio de Sutatausa.

Cabe resaltar que esta experiencia se llevó a cabo sin contar con recursos públicos, los cuales nunca han estado disponibles en el presupuesto municipal ni se contaba para la fecha de inicio (agosto de 2010) con instancias de financiación a nivel nacional o departamental para proyectos de inventario de este tipo. Por tal razón todos los recuros económicos, humanos, logísticos y técnicos fueron aportados por la comunidad organizada en torno al Centro de Historia y Patrimonio Cultural de Sutatausa (CHyPC) como figura mediante la cual se canalizó la participación de la comunidad interesada (estudiantes, gestores culturales, vigias de patrimonio, operadores turísticos, la parroquía y profesionales en diversas áreas) que aportaron al desarrollo y concresión final del proyecto presentado ante el ICANH, la Alcaldía y el Concejo de Sutatausa y divulgado por múltples canales bajo el título “Reconocimiento, documentación y registro de Sitios con arte rupestre en Sutatausa Cundinamarca” (Martínez et al, 2011) (1)

1. En el proyecto participaron como equipo principal: Diego Martínez Celis (Dirección) María del Pilar Gutiérrez, Pedro Uriza, Guillermo Bernal, Sandra Mendoza Lafaurie y Mary Luz Sierra. Como equipo de apoyo: Ingrith Martínez, Ana María Uriza, Luisa Fernanda Uriza, Juan Diego Martínez, Diego Vergara, Aleida Meléndez, Alberto Uriza y los niños integrantes del semillero de Vigias del Patrimonio Cultural. En las diferentes convocatorias de socialización se hicieron presentes habitantes de Sutatausa y otras personas interesadas provenientes de municipios cercanos y de Bogotá.

 

1.3. Objetivos del proyecto

Este proyecto tuvo como objetivo específico el reconocer, documentar y registrar la localización y características de los sitios con arte rupestre, para consolidar un inventario como insumo instrumental de apoyo a las labores de registro nacional de patrimonio arqueológico que adelanta el ICANH y como aporte para el reconocimiento público de este patrimonio y su final inclusión al Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT) del municipio, con miras a generar mecanismos normativos para su protección, valoración, divulgación y apropiación social.

Todo lo anterior en el marco de la participación comunitaria, mediante la cual se hizo posible aunar esfuerzos para documentar y registrar los sitios con arte rupestre identificados. La participación de la comunidad se hizo evidente al brindar información sobre su localización, el acompañamiento entusiasta durante las jornadas de prospección en campo, la asistencia a las reuniones que programó el CHyPC de Sutatausa a los talleres padagógicos y a las charlas de socialización. Estas actividades fueron sumando a la estrategia de reconocimiento de este patrimonio y a la configuración de un grupo de ciudadanos que se están interesando cada vez más por los vestigios arqueológicos de la región y a partir de ellos en la historia o la tradición cultural del territorio que habitan y que en parte desconocen.

5. Taller infantil sobre arqueología y arte rupestre dirigido por Sandra Mendoza Lafaurie -CHyPC. Foto. Diego Martínez Celis, 2010.
6. Labores de reconocimiento del arte rupestre con miembros de la comunidad. Foto. Diego Martínez Celis, 2011.
7. Una de las jornadas de socialización de los resultados parciales y finales del proyecto.
Foto. Guillermo Bernal, 2011.
7. Dibujos realizados por niños de 5o. de primaria durante uno de los talleres de socialización. Se destaca el arte rupestre como parte importante de lo que reconocen como el patrimonio cultural del municipio.
Taller y salida de campo dirigidos por Guillermo Berrnal y Pedro Uriza -CHyPC-, 2011

 

2. Sutatausa, un paisaje cultural rupestre

El municipio de Sutatausa se encuentra al norte del departamento de Cundinamarca, en un territorio montañoso de transición entre la sabana de Bogotá y el valle de Ubaté. A lo largo de las cuencas hidrográficas de las quebradas Los candados, Chirloque y Palacio, que surten al río Suta, se encuentran dispersos decenas de afloramientos rocosos que poseen evidencias de pintura rupestre (ver mapa). La mayoría de estos sitios se encuentran en áreas rurales y predios privados, pero otros se encuentran muy cerca o incluso en el mismo casco urbano del municipio o próximos a caminos y senderos veredales, condición que facilita su acceso y los hace propicios para su visita y aprovechamiento como atractivo turístico al tiempo que vulnerables ante el vandalismo y su explotación como material para construcción. Sin embargo, estas piedras y sus pinturas hacen parte de un conjunto más amplio de formaciones geológicas que enmarcan el Valle de Ubaté en las que también se encuentran cientos de piedras pintadas que, a su vez, corresponden con una tradición de arte rupestre particular de todo el altiplano cundiboyacense.

8. Elementos naturales y culturales se funden de manera integral en el paisaje de Sutatausa, donde resaltan los bloques pétreos, muchos signados con pintura rupestre. Foto.Diego Martínez Celis, 2012

Tomamos aquí como base el concepto de Sitio con Arte Rupestre (SAR) entendido como:

“La extensión de terreno (superficial y subterráneo) que contiene o esta relacionado con el emplazamiento rocoso en que se inscriben los motivos rupestres –pintados o grabados– constitutivos del patrimonio arqueológico y como tal declarados Bienes de interés cultural de la Nación; reconocimiento que permite la definición de sus áreas de conservación, protección, amortiguamiento o influencia, para la preservación y gestión de los diversos elementos contextuales –claves para su comprensión como evidencia arqueológica– y en torno al cual se identifican, representan o expresan social y culturalmente las comunidades relacionadas con el mismo”. (Martínez, 2012).

Los sitios con arte rupestre, como huella y evidencia material del pasado humano plasmado en la roca, relacionados con un entorno (natural y/o humanizado) y enclavados en un territorio particular pueden constituirse en sí mismos como paisajes culturales. Este concepto implica que estos sitios no se pueden seguir asumiendo como simples eventos arqueológicos aislados sin conexión con el presente, como simples rarezas u objetos carentes de sentido cultural y de contexto. Su calidad inmueble y su emplazamiento in situ lo constituyen en un hito geográfico, histórico y cultural que da cuenta de las relaciones que tuvo el hombre del pasado con el territorio y que en el presente nos indica las dinámicas cambiantes que han configurado el territorio tal como lo percibimos hoy. “Los sitios con arte rupestre en el presente permiten vislumbrar las capas del tiempo en la superpuesta estratigrafía de la memoria de los territorios” (Martínez, 2012); esta mirada implica la conceptualización del territorio de Sutatausa como un paisaje que, al combinar sus elementos naturales y los procesos históricos inferidos de las evidencias materiales de los actos humanos, permite interpretarse como un paisaje cultural .

9. Municipio de Sutatausa, veredas y región circunvecina. Mapa. D.M.C. 2011 con base en Google Maps.

 

2.1. Arte rupestre en Sutatausa

En esta región se encuentra gran profusión de rocas con arte rupestre, en la modalidad de pintura en pigmentos rojo ocre, naranja, blanco y negro. Antes de la realización de este proyecto no se se habían realizado inventarios sistemáticos que dieran cuenta de la real cantidad, características y estado de conservación de piedras pintadas en esta región, pero con base en algunas publicaciones e informes ya se intuía que se trata de una de las zonas con más densidad de pinturas rupestres en el altiplano cundiboyacense.

2.1.1. Antecedentes de investigación

Las primeras referencias escritas de arte rupestre prehispánico en Colombia datan de la época de la conquista cuando algunos cronistas (Simón, Piedrahita, Vargas Machuca, etc.) consignaron la existencia de pinturas “hechas con almagre” sobre piedras en varios sitios del altiplano cundiboyacense (Martínez, 1997). Sin embargo no fue sino hasta mediados del siglo XIX cuando el proyecto de construcción de la Nación (durante los inicios de la República), requirió del concurso de la ciencia para hacer posible un reconocimiento del país, sus recursos naturales y de sus “reliquias del pasado”, labor que ejemplificó la Comisión Corográfica dirigida por Agustín Codazzi (Arguello, 2004). Desde esta época comienza el interés por reconocer y registrar los sitios rupestres, entre los que se empezaron a destacar algunas piedras pintadas de Sutatausa, en especial la llamada Piedra del Diablo la cual cuenta además con una rica tradición oral asociada (fig.10).

10. Fotografía de la “Piedra del Diablo” de Sutatausa y transcripción de algunos de sus motivos rupestres. Miguel Triana, 1922 / 1924

Quizás el primero en registrar las pinturas rupestres de Sutatausa fuera Miguel Triana quién en 1924 publica El Jeroglifico Chibcha donde transcribe algunos grupos de pinturas de esta zona y reseña la existencia de la Piedra del diablo muy cerca al casco urbano del municipio, y alrededor de la cual consigna una leyenda:

“Guerreaban los de allende con los de aquende el mencionado boquerón, y para ofrecer obstáculo infranqueable a la corriente invasora resolvieron éstos hacer al dios de las tinieblas un voto suplicatorio de alianza. Dormía el dios Fu durante el día en la contigua laguna de Fúquene y durante la noche andaba por los peñascos bramando por los desfiladeros. La melancólica divinidad escuchó la plegaria y resolvió trasladar a cuestas una piedra enorme para tapar con ella el boquerón de Tausa, pero el fulgor de la aurora lo sorprendió en la poderosa labor y tuvo que soltar su carga antes de llegar al sitio a la orilla del camino, temeroso de que el sol lo iluminara con sus rayos, y emprendió la fuga. El monolito está allí todavía para comprobar la ayuda milagrosa del diablo con las costillas pintadas en tinta roja en una de sus caras” (Triana, 1922).

En 1937 aparece publicada en la revista Viajes (Flórez, 1937), un artículo donde se dan a conocer algunas fotografías de la “Piedra del Diablo” y otra versión de su leyenda (fig.11).

11. Fotografía de la“Piedra del Diablo” en Sutatausa. Flórez, Revista Viajes, 1937.
11. Ilustración del mito de la “Piedra del Diablo” en Sutatausa. Según esta otra versión, es una beata en romería a Chiquinquirá la que derrota al diablo al arrojarle un rosario. Flórez, Revista Viajes, 1937.

En 1968 Wencesalo Cabrera Ortiz publica en su obra Monumentos rupestres de Colombia dos planchas con transcripciones de 5 piedras pintadas de Sutatausa que llama “Grupo de Palacio” (fig.12).

En 1985 Pilar Gutiérrez B. (miembro del CHyPC de Sutatausa) elabora la tesis Exploración Arqueológica en el Municipio de Sutatausa donde registra varias pinturas rupestres mediante la técnica del calco (información disponible en la Biblioteca Luis Ángel Arango) (fig.13). Se tiene noticia de que Guillermo Muñoz (“Gipri”) realizó en 1993 un proyecto de investigación para documentar el arte rupestre de Sutatausa gracias a un convenio entre la Universidad INCCA y Colciencias, pero los resultados nunca fueron publicados ni divulgados.

12. Pinturas rupestres del denominado “Grupo de Palacio”.
Dibujo: Wencesalo Cabrera Ortiz, 1968
13. Proceso de transcripción de pinturas rupestres mediante calco en Sutatausa.
Foto: Pilar Gutiérrez B., 1985

En 1997 Gómez y Guerrero realizaron intervenciones en restauración (limpieza y consolidación) a varias rocas que forman el conjunto pictográfico que se encuentra en la zona de influencia del gasoducto centro oriente, muy cerca al casco urbano de Sutatausa.

En 1998 se documentó un sitio con arte rupestre (Piedra de los tejidos) en el marco de la beca otorgada por Colcultura al Modelo Metodológico para documentar el patrimonio rupestre inmueble colombiano (Martínez Celis, Muñoz y Trujillo, 1998) (fig.14).

En el año 2000 Álvaro Botiva documenta 12 piedras de Sutatausa en su libro Arte rupestre de Cundinamarca (fig.16), una de las cuales resultó no ser original precolombina pues se trataba de una réplica contemporánea realizada por Guillermo Muñoz (“Gipri”) y estudiantes de la Universidad Nacional en 1992, a tan solo 8 metros de una pintura legítima, hecho que fue denunciado por Botiva, entonces funcionario del ICANH, por constituirse en un acto irresponsable contra la autenticidad e integridad de los sitios con arte rupestre indígena (ver fig.15) .

14. Esquema del yacimiento “Piedra de los tejidos”, transcrito para la beca de investigación “Modelo Metodológico para documentar el patrimonio inmueble rupestre colombiano”
(Martínez Celis, Muñoz y Trujillo, 2008).
Levantamiento y dibujo : Diego Martínez Celis, 1998
15. Falsa pintura rupestre plasmada por Guillermo Muñoz “Gipri” a tan solo unos metros de una original precolombina, acto irresponsable contra la autenticidad e integridad de los sitios con arte rupestre indígena.
Foto: Álvaro Botiva C., 2000.

En 2004 Diego Martínez Celis y Alvaro Botiva reseñan 5 piedras pintadas de este municipio en la segunda edición del Manual de arte rupestre de Cundinamarca. En el mismo año Pedro Arguello y Diego Martínez Celis publican el artículo “Procesos tafonómicos en el arte rupestre: un caso de conservación diferencial de pinturas en el altiplano cundiboyacense, Colombia” en que se registran 4 nuevas piedras y por primera vez para esta zona la existencia de pintura blanca, roja y negra en un mismo yacimiento y proponen que su conservación se debe a factores diferenciales y tafonómicos debido a la constitución diversa de cada uno de los pigmentos.

16. Transcripción mediante calco
de la denominada “Piedra de los Tejidos”

Dibujo: Álvaro Botiva C., 2000
17. Transcripción mediante resalte digital de la capa pictórica, a partir de fotografía, de la “Piedra de los Tejidos”.
Diego Martínez Celis, 2008

En 2008 Diego Martínez Celis publica en el artículo “Arte rupestre, tradición textil y sincretismo en Sutatausa. Puntadas para el rescate de una identidad perdida” una aproximación holística del patrimonio cultural de Sutatusa en el que el arte rupestre se empieza a ver como parte constitutiva de un universo más amplio donde las diferentes huellas y manifestaciones culturales del municipio se pueden interpretar como expresiones del sincretismo resultado de las tradiciones indígenas y europeas desde el momento de la conquista hasta el día de hoy; en este artículo se registran 3 piedras pintadas (fig.17).

A pesar de las anteriores referencias hasta la ejecución de este proyecto no existia ningún inventario que diera cuenta de la cantidad, características y estado de conservación de estos sitios del patrimonio arqueológico y cultural de Sutatausa y de la Nación que, como bienes arqueológicos, no son renovables y se encuentran en grave peligro de destrucción y desaparición.

 

3. El proyecto

Ante la advertencia de la posible destrucción de varios sitios con arte rupestre del municipio de Sutatausa debido principalmente al avance de obras de construcción, en julio de 2010 el CHyPC de Sutatausa se reunió en pleno para diseñar estrategias tendientes a la protección y conservación de este fragil patrimonio, el cual además esta siendo afectado por factores naturales y vandalismo. De allí surgió la necesidad de formular el proyecto que aquí se presenta, el cual fue aprobado por unanimidad y comenzado a ejecutarse el día 21 de agosto de 2010.

Con el fin de lograr el respaldo comunitario y de la administración pública municipal al proyecto se llevaron a cabo de forma paralela una serie de actividades públicas tendientes a socializarlo, para ello se hicieron varias intervenciones ante el Concejo Municipal, se redactaron oficios para dicho organismo con copia a la Alcaldía, se realizaron conferencias en el teatrino municipal, talleres sobre patrimonio cultural para la población infantil y se convocó de manera abierta a la comunidad a cada una de las jornadas de trabajo de campo programadas, al tiempo que se consultaba con el ICANH quien suministró los formatos, asesoró y validó la metodología propuesta para el reconocimiento y registro del arte rupestre.

El reconocimiento y documentación de los sitios con arte rupestre de Sutatausa, con base en la metodología y herramientas únicas dispuestas y autorizadas por la ley que rige al Patrimonio cultural de la Nación (formato de registro del ICANH), se constituyó en el insumo base para incluir estos sitios a la información y reglamentación emanada de Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT) de Sutatausa con miras a su reconocimiento municipal y como medida primaria para establecer áreas de protección y medidas legales y normativas tendientes a evitar su destrucción a futuro debido a la ampliación de los frentes urbanos o a los cambiantes usos del suelo del municipio. Lo anterior amparado por la ley 1185 que en su artículo 7 numeral 1.5 establece “Prevalencia de las normas sobre conservación, preservación y uso de las áreas inmuebles consideradas patrimonio cultural de la nación. De conformidad con los preceptuado en los numerales 2 del artículo 10 y 4 del art. 28 de la ley 388 de 1997 o las normas que los sutituyan, las disposiciones sobre conservación, preservación y uso de las áreas e inmuebles de interés cultural constituyen normas de superior jerarquía al momento de adoptar, modificar o ajustar los Planes de Ordenamiento Territorial de municipios y distritos.” Por otra parte la Ley 388 de 1997 (Ley de Ordenamiento Territorial) establece mecanismos que permiten al municipio, en ejercicio de su autonomía, promover el ordenamiento en su territorio, el uso equitativo y racional del suelo, la preservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural. Establece que las políticas y directrices y regulaciones sobre conservacion, preservación y uso de las áreas e inmuebles consideradas patrimonio cultural serán determinantes o “normas de superior jerarquía” en el POT (art. 10, num.2). Uno de los fines de la función pública del Ordenamiento Territorial es “Propender por el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, la distribución equitativa de las oportunidades y beneficios del desarrollo y la preservación del patrimonio cultural y natural” (art.3, num.3)

Este reconocimiento y documentación permitió además contar con una gran cúmulo de información que permite fortalecer las estrategias pedagógicas de educación y divulgación que hagan posible la inclusión social y apropiación pública de los Bienes del Patrimonio Cultural del municipio.

 

3.1. Metodología de la investigación y fases del proyecto

A continuación se describen las actividades que se llevaron a cabo para la realización de este proyecto:

1. Investigación histórica y documental previa: Recopilación de bibliografía, referencias, y material gráfico en informes y publicaciones producto de investigaciones precedentes sobre el arte rupestre de Sutatausa.

2. Prospección de diferentes veredas del municipio con el fin de reconocer la presencia de piedras pintadas. Esta labor se desarrolló en conjunto con personas (niños, jóvenes y adultos) de la comunidad de Sutatausa que, previa instrucción, se sumaron a la exigente labor de búsqueda e identificación de rocas con rastros de pintura rupestre.

18. Miembros de la comunidad durante una de las jornadas de reconocimiento. Foto: Diego Martínez Celis, 2010
18. Miembros de la comunidad (Familia Uriza) durante una de las jornadas de reconocimiento. Foto: Diego Martínez Celis, 2011

3. Localización y georeferenciación. Una vez identificada cada piedra o sitio con arte rupestre se le asignaba un código y se georeferenciaba por medio de GPS (en coordenadas WGS 84).

4. Registro de cada uno de los sitios con arte rupestre localizados con base en el formato Ficha única para el registro de bienes inmuebles pertenecientes al patrimonio arqueológico de la Nación del ICANH

19.Formato Ficha Única para el Registro de Bienes Inmuebles Pertenecientes al Patrimonio Arqueológico de la Nación. ICANH.

5. Documentación fotográfica. Por medio del uso de fotografía digital se realizan diversas tomas del entorno, el soporte rocoso (la piedra), los murales y algunos detalles de las pinturas rupestres.

20. Ejemplo de escalas fotográficas (paisaje circundante- soporte rocoso - murales o grupos pictóricos- motivos rupestres) que se cubrieron para la documentación de los sitios con arte rupestre de Sutatausa. Foto: Diego Martínez Celis, 2011

6. Aplicación de retoque digital a las fotografías. Debido a su antiguedad y a los diversos factores naturales y antrópicos que han alterado la pinturas, estas han perdido visibilidad. Sin embargo, es posible recuperar una buena parte de los trazos perdidos mediante procedimientos de retoque digital de fotografía (Mark y Billo, 2002). Para lograr una documentación lo más completa posible, se editan las fotografías en programas especializados (ImageJ® y Photoshop®), los cuales permiten resaltar y recuperar rastros pictóricos que hoy en día no son posibles de observar a simple vista. Esta herramienta se constituye en el eje central de la documentación, pues gracias a ello se puede tener una imagen cercana a la apariencia original de las pinturas, las cuales, en el día de hoy, se encuentran en franco proceso de deterioro y degradación debido en gran parte a agentes y procesos naturales. El resultado final es una fotografía retocada en que se resalta la apariencia de la capa pictórica en contraste con el soporte rocoso.

21. Tres fases del retoque fotográfico de acuerdo con el método propuesto por Mark y Billo (2002). 1) Fotografía original, 2) Separación de color rojo (canal Lab-a / invertido), 3) superposición de la capa Lab-a sobre fotografía original.
Ejemplo sobre un fragmento del mural de la “Piedra del Diablo”, Sutatausa. Diego Martínez Celis, 2011.

 

22. Tres fases del retoque fotográfico mediante el uso de Photoshop y DStretch-ImajeJ para un sector que presenta diversos pigmentos y superposiciones. 1) Fotografía original, 2) Superposición de canal Lab-a / invertido, 3)Aplicación del filtro DStretch. Sutatausa. Diego Martínez Celis, 2011.

7. Procesamiento y organización en formato digital de la ubicación geográfica de los sitios con arte rupestre identificados. Una vez obtenida la información de geoposicionamiento, se ingresó a una base de datos en Wikiloc y Google maps, desde donde fue posible organizar y espacializar cada una de las localizaciones de sitios con arte rupestre (con base en coordenadas del sistema WGS 84).

23. Google Maps y Wikiloc, plataformas SIG de libre uso utilizadas para la salida de datos de geoposicionamiento del proyecto de inventario de arte rupestre de Sutatausa. En la gráfica se muestra la localización de un sitio con arte rupestre en la vereda Palacio Alto, Sutatausa. Diego Martínez Celis, 2011.

8. Edición final en fichas de Registro e informe final: Todo el material e información resultante de la prospección, localización y registro fotográfico, se organizó y consignó en la Ficha única para el registro de bienes inmuebles pertenecientes al patrimonio arqueológico de la Nación (ICANH) (fig.19) y su respectivos anexos en fichas con mapa de localización (realizado con base en Google Maps y cartografía del IGAC) y fotografias resaltadas digitalmente del entorno, el soporte rocoso, los murales y algunos detalles de las pinturas rupestres (figs. 24 y 25).

24. Formato de registro de anexos para consignar la localización (escala general y zonal) y vista general del soporte rocoso.
CHyPC, 2011.
25. Formato de registro de anexos para consignar el soporte rocoso, panel o grupo pictórico y detalles de los motivos rupestres en subgrupos. CHyPC, 2011.

 

26a. Plataforma del SIG Atlas Arqueológico de Colombia -ICANH donde se ingresaron los datos de los sitios con arte rupestre inventariados.
26b. Registro y localización de los sitios con arte rupestre inventariados en Sutatausa durante este proyecto. Plataforma del SIG Atlas Arqueológico de Colombia -ICANH

9. Socialización: Una de las etapas ineludibles para propiciar la apropiación social del patrimonio cultural es la divulgación, por esta razón en este proyecto se hizo énfasis en desarrollar actividades para formalizar y dar a conocer los resultados:

-Formalización del trámite de entrega de documento final ante el ICANH e ingreso a la base de datos del Atlas Arqueológico de Colombia (Fig.26a-b).

-Formalización del trámite de entrega de documento final (impreso y digital) ante el Concejo y la Alcadía Municipal de Sutatausa con el fin de incorporar la información al Esquema de Ordenamiento territorial (EOT) del Municipio.

-Divulgación de los resultados parciales y finales del proyecto ante la comunidad del municipio por medio de conferencias públicas y la participación en eventos de carácter académico (en Sutatausa, Bogotá y Tunja). Se distribuyeron copias impresas y digitales del documento final a la Alcaldía y al ICANH, y más de 30 copias en formato CD al IDECUT (Gobernación de Cundinamarca), a los asistentes a las charlas de socialización, investigadores, y representantes de algunos colegios de la región y universidades. De igual modo se dispuso de manera electrónica el documento introductorio en el OpenArchive de ICOMOS (http://openarchive.icomos.org/989/ )

27. Jornadas de socialización de los resultados parciales y finales en Sutatausa y Tunja.
(Ver nota de video del evento en Tunja en: http://www.youtube.com/watch?v=EgNXugwmlT4&feature=plcp
)

 

Sigue en la 2a. parte...(click aquí)

4. Resultados preliminares. Caracterización del arte rupestre de Sutatausa /
4.1. Tipo de soporte rocoso / 4.2. Modalidad de arte rupestre y pigmentos / 4.3. Técnicas de aplicación / 4.4. Iconografía / 4.4.1. Posible continuidad de la tradición rupestre posconquista y contemporánea / 4.5. Diagnóstico general del estado de conservación / 5. Conclusiones /
5.1. Arte rupestre de Sutatausa: profusión, diversidad y continuidad de una tradición cultural prehispánica / 5.2. Logros y dificultades de una experiencia sui generis en gestión patrimonial de iniciativa comunitaria / 5.3. Las enseñanzas / 5.4. Recomendaciones / Bibliografía


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